lunes, 10 de noviembre de 2008

RADIO EXTREME


RADIO EXTREME

Por treceava semana consecutiva, el programa "Extreme" había tenido un record de escuchas qué superaba por mucho el rating acumulado el último año de transmisiones en www.erizon.radio.com, Yazné Alexey hija de inmigrantes polacos radicados en México desde hacía treinta años, había llevado la estación a niveles insospechados de audiencia en muy poco tiempo, debido a su formato ágil y fresco, inclinado a los deportes, conciertos, personajes y notas extremas. 

Yazné, hacía que todo sonara divertido e interesante, dotada además de un cuerpo espectacular, poseía unos ojos café que parecían explicar el mundo entero. Su voz era ligeramente seca, rasposa, como si tuviera su propio efecto de diley integrado, haciéndola sonar terriblemente sensual; pero nada es sencillo, la belleza puede ser también una maldición. Alguna vez tuvo que toparse con gente qué la tachó de estúpida o en el peor de los casos qué pretendía cobrar favores sexuales a cambio de ayudarla en su carrera. Fueron años de humillaciones y trabajo duro, quizá demasiado, pero había aguantado mucho para rendirse tan fácilmente, un poco más y un día no muy lejano ella dictaría las reglas.

La oportunidad que esperó por mucho tiempo llegó el día menos pensado a través de una llamada; se trataba de un amigo de la universidad que tenía un proyecto pequeño por Internet, su primera estación de radio y quería que Yazné formara parte de la nueva empresa. El proyecto inició con tres personas encargadas del diseño, captura de datos y transmisión, pero rápidamente el pequeño equipo se transformó en una estación donde laboraban más de setenta personas y donde se transmitían programas de diferentes géneros, además de unas instalaciones qué no le pedían nada a las radiodifusoras regulares de emisiones hertzianas. 

El grupo que dirigía Yazné no era el que ella hubiera deseado, había personas que en algún momento de su vida intentaron hacerle daño o simplemente quisieron hacer uso de su puesto para acostarse con ella, sin embargo de alguna manera el destino los había puesto en el mismo equipo y tuvieron que aprender a trabajar juntos. 

Extreme estaba conformado por cinco personas: Eduardo Torreblanca productor, Sergio Barcenas -El Taz- camarógrafo, Alfonso Frías en audio, Carlos Otero -El Pípila- ayudante de producción y Yazné Alexey conductora. 

El programa parecía estar bendecido con el toque de Midas, cada capítulo aseguraba en voz de Yazné diez puntos de rating por noche, lo que equivalía a doce mil computadoras conectadas por punto, cifra muy afortunada para cualquier estación que trasmitía por Internet en México e incluso en la Unión Americana. Alexey, sonrió complacida el día que hizo conciente la cantidad de personas que se conectaba cada miércoles por la noche para escuchar su programa y ver a través de los links, los videos que se habían grabado en vivo. Sin embargo, casi en el mismo instante, sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo cuando recordó que entre ese público numeroso y cautivo estaba también el responsable de las notas, flores y mensajes que había recibido los últimos programas, donde un personaje que se hizo llamar "Nocturno" le aseguraba que un día sería suya. 

Yazné, no le tomó importancia el primer par de ocasiones, sonreía entre cortes con su equipo y bromeaba acerca del precio de la fama, pero con cada emisión los mensajes se habían vuelto más obsesivos y audaces, incluso la voz de Nocturno se tornó más seria y escalofriante, cuando no sólo aseguraba que estaría con ella, sino que describía como iba vestida esa noche o el restaurante en el que había comido la tarde anterior. El acoso llevó al grado de la paranoia a todo el equipo que producía "Extreme" hasta el punto de resguardar con numerosos elementos de seguridad la estación y días más tarde a la propia conductora. 

Por supuesto no se había comentado nada al aire, los programas seguían con la misma frescura de siempre, no obstante, tomaron a partir del tercer mensaje la precaución de filtrar las llamadas que entraban durante la transmisión. Aunque el programa se grababa en vivo, la audiencia nunca se percató de nada hasta el día de la trágica y última emisión.

El formato de Extreme era relativamente sencillo, Eduardo investigaba los eventos a los que era invitado el programa, leía los correos electrónicos y seleccionaba los que le parecían más interesantes o peligrosos, aunque con cierta censura para no infringir las leyes de la página que los hospedaba.

Posiblemente había leído más de quinientos correos desde que había iniciado el proyecto, quizá por eso, algunos no los recordaba o si en las primeras líneas no lo enganchaba el reto, ni siquiera los terminaba de leer, en las propuestas describían cosas y casos que le sonaban muy tontos o muy descabellados, así como cartas de amor dirigidas a Yazné, las cuales, después de las primeras veinte, dejaron de hacerle gracia a todos en el equipo. 

Por eso no se relacionó nunca al extraño tipo que había puesto en alerta a toda la estación radiofónica con los correos dirigidos a la conductora. La firma al final de un correo muy corto había llamado poderosamente su atención, …firma "Nocturno"… y entonces automáticamente sintió la necesidad de leer completo el mensaje: 

Éste es el último correo, haré algo extremo que no podrás resistir sacar al aire… firma Nocturno.

Eduardo se puso a buscar inmediatamente en el archivo de correos la dirección que titulaba cada mensaje firmado por el extraño personaje. Al fin, después de una hora encontró doce mensajes, uno por cada programa que se había trasmitido en Érizon Radio hasta ese momento.

Los leyó todos con cautela y conforme leía, pudo sentir como partieron de un mensaje de amor y devoción casi enfermo hasta la descripción de retos que Nocturno se había propuesto a hacer y grabar para ser transmitidos en la pagina de Extreme; al pie de cada correo Nocturno dejó un link que lo llevaría a una página que albergaba cada reto en video. 

Eduardo era una persona que se caracterizaba por su temple durante la grabación de los programas como lo era su vida corriente, difícilmente se ponía nervioso, pero al ver el video de Nocturno empezó a temblar, las piernas se le doblaron como fideos recién cocidos y sus ojos enrojecieron sin poder dar crédito a lo que veía. 

El video comenzó: se escucharon ráfagas de viento golpeando el micrófono, la cámara desenfocada, en un principio se posaba con un movimiento brusco en un tipo colgado a unos seis metros por una soga atada de una grúa, el tipo que cuelga no debe tener más de veinte años y a pesar del cansancio que reflejaba claramente en el rostro, gritaba desesperado que lo bajaran de ahí.

Nocturno explica en qué consiste el reto que se va llevar acabo. Su voz se escucha cavernosa, tétrica, profunda, como si estuviera distorsionada por algún aparato, pero no. 



Nocturno hace un rápido giro de cámara y se enfoca a si mismo, su cara está cubierta con una mascara como la del Fantasma de la Ópera y lleva puesta una chamarra muy gruesa que le impide saber su complexión, sus últimas palabras fueron: Yazné… sólo faltas tú… y prende fuego a la soga con una pistola de señales marítimas.

El fuego parece bailar sobre la soga, el viento sigue soplando lo que hace que se queme más rápido la cuerda, el muchacho llora y a pesar del frío que se nota por el vaho que expide por la boca, suda a chorros y las venas del cuello y la frente parece que van a reventarle en cualquier momento, se balancea una y otra vez y no alcanza el alambre, Nocturno le grita emocionado entre risas enfermas, "vamos tu puedes, vamos", el joven estira la mano una vez más, parece que va a alcanzar el alambre; los minutos parecen segundos y en uno de ellos, la soga se rompe. El tipo se desploma como un saco de nervios gritando que alguien lo ayude, pero no hay nadie. El cuerpo se estrella en el rellano de tierra donde lo citó la muerte, un silencio sepulcral se adueña de la escena, la cámara se acerca al cuerpo inerte, lo circunda, parece que se mueve, pero no, es el viento que juega con su camisa ensangrentada. 

Después… silencio, las ráfagas de viento golpean un par de veces más el micrófono y la ventana se cierra.

Eduardo sintió las manos y las piernas entumidas, la fría caricia de un mal presentimiento recorrió su espalda y un par de gotas de frío sudor rodaron por su sien izquierda. Por un momento no se movió, pero dos segundos después las ganas de vomitar lo hicieron correr al baño, mientras vaciaba su estomago intentaba pensar pero el miedo se lo impedía, en su mente seguía escuchando los gritos del muchacho y el golpe del cuerpo rompiéndose en la tierra.

Se levantó trabajosamente todavía aturdido por la impresión y se encaminó a su escritorio, tomó un respiro hondo y levantó el auricular para llamar a la policía, pero al igual que el muchacho del video, Eduardo llegaría a tiempo a su cita con la muerte. El brillo de una aguja destelló levemente cerca de su cuello antes de hundirse en él, la aguja entró fácilmente, como si su piel hubiera esperado por ella toda su vida. Quiso forcejear pero la presión alta hizo que el pentotal viajara más rápido por su cuerpo, el paro respiratorio fue inminente, el cuerpo de Eduardo se desvaneció lánguido como el cuello de un gorrión muerto.

Nocturno se movía como una sombra por la oficina aprovechando que era media noche y que en ese departamento de la estación ya no había nadie trabajando a esa hora. Apartó el cuerpo del escritorio y lo llevó al baño para no sentir la incomoda presencia de Eduardo mientras trabajaba en la computadora. Al terminar, se aseguró de dejar la oficina ordenada y desaparecer el cuerpo.

Como cada miércoles la estación se convertía en un hormiguero, además de las trasmisiones regulares, era el día que se grababa Extreme y el equipo se reunía desde temprano para analizar el programa que había estructurado Eduardo, pero esta vez no estaba en su escritorio como siempre. Sin embargo, había dejado una nota a Yazné donde explicaba que había tenido una emergencia familiar y que no iría a trabajar, pero no había de que preocuparse, el programa estaba en una carpeta de su computadora lista para la emisión de ese día. 

Nadie cuestionó la nota de Eduardo, aunque le llamaron a su celular sin conseguir respuesta, pensaron que él se comunicaría en cuanto pudiera y se pusieron a trabajar. Según el programa la emisión se grabaría en Hidalgo y se verían con un tal Oscar Sánchez una hora antes de la grabación. El equipo quedó de acuerdo en ir a comer y terminando saldrían para allá. 

El viaje resultó placentero pero un poco largo, cuando llegaron, el tipo del que hablaba la nota ya los estaba esperando. Yazné bajó de la camioneta y saludó cortésmente para después preguntar en qué lugar se grabaría el programa.

Nocturno se presentó como Oscar Sánchez y disfrutó del anonimato mientras saludaba a Yazné, al acercarse, se tomó algunos segundos para oler su pelo y rozar levemente el cuello de la conductora, lo cual Yazné notó inmediatamente al igual que el equipo, ella sonrió discretamente, escuchó las instrucciones del tipo y se dio media vuelta hacia la camioneta indicándole al Pípila que siguiera a Oscar, A todos les resultó extraña la escena pero nadie dijo nada. 

El camino era agreste y solitario además llevaban ya treinta minutos recorridos lo qué empezó a desesperar al equipo, pero diez minutos más tarde la camioneta de Nocturno se detuvo. Por fin habían llegado, eran ya las cinco de la tarde y pensaron que tenían poco tiempo montar las cámaras y el control remoto para el audio. Según el programa estructurado por Eduardo el reto que Oscar quería hacer era sencillo: saltar con una motocicleta diez autos en fila mientras explotaban algunas bombas de humo y pólvora controladas. Los autos estaban ahí, lo que no levantó sospechas de ninguno en el equipo. Mientras trabajaban, Nocturno se acercó a cada uno para ofrecerles agua de frutas y barras energéticas, habían pasado algunas horas desde la comida y todos agradecieron el detalle. 

El pentotal inyectado en las barras y en el agua hicieron efecto en pocos minutos, sin embargo Nocturno tomó la precaución de usar una cantidad menor que con Eduardo, no los quería muertos después de todo, quería que Yazné viera de lo que era capaz por tener su amor y su admiración… y al parecer lo había logrado.

Bajo un pino enorme una pareja se entrega en un beso casi cinematográfico, el sol empieza a caer y aunque se esta haciendo tarde, la pareja toma su tiempo para decirse cosas que sólo los enamorados entienden, se toman una vez más de la mano y caminan hacia una enorme fila de autos que esperan para ser saltados. Al principio, en medio, y al final de la fila encima de los toldos, se encuentran tres hombres amarrados: el ayudante de producción, el encargado de audio y el camarógrafo.

Nocturno enciende una motocicleta y se dirige a la señal de salida que está a unos treinta metros del primer tercio de la rampa, acelera y la recorre emocionado, por fin salta la rampa y las bombas de humo y pólvora explotan destrozando los cuerpos que yacen sobre los toldos, Yazné lo mira desde lejos con admiración, profundamente enamorada, hoy le tocó dictar las reglas, pero aún hay muchos retos por cumplir.

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